domingo, 10 de julio de 2011

FORUM IMPULSA, PARTE 2

Lo prometido es deuda. El Fòrum Impulsa, así como sus semejantes, sus derivados, sus ascendientes y descendientes, tienen algo en común: Desviación.

¿Es realmente lo que he venido a comprar lo que me están vendiendo?

Sí y no. No se puede realmente saber la verdadera intención del vendedor y por ende del producto y servicio que adquieres, hasta una vez adquirido. Pero resulta que en estos eventos uno no llega a adquirirlo. Uno se queda con una sensación de que lo ha probado, como una beta/demo de un videojuego. Ese tráiler en el que intuyes de qué va a ir la película, pero sin saber si al final no iba (o sí) sobre eso que te prometían.

Aquí pasa algo semejante. Y ese es el único hecho escondido que dibuja y caricaturiza un evento así. Porque resulta que los que acudimos allí, vamos a ver un tráiler. De la vida, de nuestra vida, de lo que queremos o nos gustaría. Y nos muestran tráilers: de otras vidas parecidas, de otras anécdotas similares, de posibles escenarios, etc.

Uno, al acabar, o uno que no haya acudido, tendrá una sensación de "muy bonito esto que me han contado", pero "aquí falta algo de realismo".

Eso es lo mejor, una vez que se ha reflexionado el asunto. Esa falta "de algo" es la diferencia del tráiler a la película. Porque la película viene después, y menos mal.

Allí conocí a todos esos estereotipos que son criticados por los que en su casa observan sin participar en la vida: El ambicioso, el solitario, el lumbreras, el marginado, el líder, etc. etc. etc. Todos esos estereotipos de la vida diaria, del trabajo, de clase, de la noche. ¿Entonces en qué se diferencian? ¿Se diferencian en algo de los que no hacen nada? ¿De los que llenan la vida diaria, en el trabajo, en clase o en la noche? ¿Están allí, y allí los he conocido porque viven en ese mundo elitista que acude a tomar cava a Girona junto al príncipe? NO.

Ellos han ido allí, o incluso nos han hablado desde el escenario a nosotros, porque les diferencia, que aún siendo como todo el mundo, han dado un paso y han emprendido algo. Aunque sólo haya sido enviar un formulario, disponible a todos y cada uno de los internautas de España, para participar gratuitamente en este evento. No hay que ser hijo de nadie, ni hay que ser más listo que nadie, ni estudiar en un colegio del Opus. Hay que moverse. Moverse y no quedarse sentado frente al Tuenti y el Marca hablando mal de esos que se mueven. Porque cuarenta años más tarde, los que se mueven seguirán siendo criticados, y si fracasan, serán denigrados, y si triunfan, serán aún más denigrados; pero por lo menos no darán asco.

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